Se trata de examinar las tesis
criminológicas mantenidas en la etapa previa al positivismo, esto es, hasta la
consagración de la Criminología como disciplina científica, hecho que se
produce a finales del siglo XIX.
1ª. Las de carácter filosófico,
ideológico o político; y
2ª. Las de naturaleza empírica
(perteneciente, relativo o fundado en la experiencia) y el aporte desde otros
campos empíricos, como la fisonomía. Orientaciones empíricas.
1ª. Directrices de carácter
filosófico, ideológico o político
A.- Tomás Moro es el
representante fundamental de este pensamiento, desarrollando su labor a finales
del siglo XV y principios del siglo XVI.
Tomás Moro, probablemente, fue
el primero en resaltar la conexión del crimen con los factores socio económicos
y con la estructura de la sociedad.
Para Moro, el crimen responde a
una serie de factores, tales como, déficit cultural y educativo, guerras, el
ambiente social o la ociosidad, etc., pero, entre todos ellos, destacan los
factores socio económicos.
Por ello, Moro sostenía que el
Estado, al margen de la represión penal, debía neutralizar las verdaderas
causas del crimen, como la miseria o la desigualdad.
Moro aportó a la Criminología la
tesis de la conexión del crimen con la estructura de la sociedad: el crimen
responde a una serie de factores y el factor que más destaca es el económico,
destacando la pobreza. Moro, criticó abiertamente la dureza y la desproporción
de los castigos, abogando por una labor preventiva por parte del Estado y
pensaba que los poderes públicos tenían que establecer los medios necesarios
para que el delincuente pudiese satisfacer, con su trabajo a la víctima a
título de compensación.
B.- En segundo término, aparece
la filosofía política de la Ilustración, analizando el problema criminal.
Las corrientes fundamentales de
la Ilustración reaccionaron en contra de la sola idea de la prevención general
o intimidación, que tomaba al delincuente como un ejemplo para los demás.
En efecto, la Teoría de la
Prevención General, ve “el fin de la pena no en la retribución ni en actuar
sobre el autor, sino en la influencia sobre la generalidad, a la cual se le
debe enseñar a través de las amenazas penales y de la ejecución de las penas lo
relativo a las prohibiciones legales.”
Se la denomina Teoría de la
Prevención General porque no actúa en forma especial sobre el condenado, sino,
en general, es decir, sobre la generalidad.
C.- Criminología Clásica
La Escuela Clásica o
Criminología Clásica completa el cuadro de ideas sobre el problema criminal que
tienen su origen las ciencias del espíritu.
Bajo la etiqueta de
"clásicos" se han agrupado autores y tendencias divergentes en muchos
puntos de vista, incluso contradictorias en algunos, pero que presentan una
serie de concepciones comunes sobre postulados fundamentales, que es
precisamente lo que permitió a los positivistas reunirlas con propósitos
dialécticos.
Hay algo muy significativo en la
escuela clásica, como es, la defensa de las garantías individuales y su
reacción contra la arbitrariedad y los abusos de poder.
Francisco Carrara, es
considerado el padre de la Escuela Clásica del Derecho Penal.
Carrara sostiene que el Derecho
es connatural del hombre. La Ciencia del Derecho Criminal es un orden de
razones emanadas de la ley moral, preexistente a las leyes humanas.
El delito es un ente jurídico
que reconoce dos fuerzas esenciales: una voluntad inteligente y libre y un
hecho exterior lesivo del Derecho y peligroso para el mismo.
Postulados de la Escuela Clásica
1º. Normalidad del delincuente:
nada distingue al hombre delincuente de aquel no delincuente, pues todos los
hombres son iguales.
2º. Irracionalidad del crimen:
el crimen es un acto irracional e incomprensible ya que el hombre con su
libertad y capacidad de decisión no ha sabido elegir el camino que más le
convenía.
3º. Establecen una prioridad del
hecho sobre el autor: el delincuente sólo aparecerá como el sujeto activo del
delito y no se le prestará mayor atención.
4º.Explicación situacional del
hecho delictivo: no existe una etiología del crimen, sino que, el crimen es
consecuencia de un mal uso de la libertad y todos los ciudadanos son criminales en potencia
porque todos son libres. Son situaciones específicas las que pueden explicar,
caso a caso, la opción del hombre a favor del crimen.
5º. La aportación penológica ha
sido su mayor éxito. Fundamentan la legitimación y delimitación del castigo y
sacan conclusiones sobre el cuando, el cómo y por qué se castigan los delitos.
La respuesta al comportamiento delictivo se efectúa con una pena justa, proporcionada
y útil.
6º. Aportación en el ámbito de
la política criminal, donde la escuela clásica sí legitima el uso sistemático
del castigo como instrumento del control del crimen.
2ª. Las de naturaleza empírica
(perteneciente, relativo o fundado en la experiencia) y el aporte desde otros
campos empíricos, como la fisonomía. Orientaciones Empíricas
Aquí, se consigna a un conjunto
de contribuciones heterogéneas que no son meramente filosóficas o políticas,
sino que, cuentan con algún respaldo empírico.
Destacan los pioneros de la
ciencia penitenciaria, basados en la observación directa y en el rico
conocimiento de la realidad carcelaria; y la experiencia empírica y
criminológica que los cultivadores de sus respectivas disciplinas acumulan en
torno al delito y al delincuente, como la fisonomía.
En la ciencia penitenciaria,
destaca Howard, que dio prioridad al método de trabajo del contacto directo con
el hombre delincuente.
Destaca, también, Bentham, como
pionero de la ciencia penitenciaria y como teórico de la concepción utilitaria
de la pena.
Bentham, propone un nuevo diseño
para la arquitectura carcelaria en aras del control y del tratamiento de los
reclusos: el panóptico. *
El nuevo establecimiento debe
ser circular, con una torre de vigilancia en el medio, desde la que un guardián
ejerciera el control total y permanente de los reclusos. Para su buen régimen y
funcionamiento, deben seguirse tres criterios: (a) ausencia de sufrimiento
corporal; (b) severidad, pues el recluso no puede encontrarse mejor que en
libertad; y (c) economía, es decir, evitando gastos innecesarios.
En cuanto a la pena, Bentham
formuló la teoría utilitaria del castigo: el delincuente debe comprobar como de
su delito derivan consecuencias más negativas que positivas para el mismo.
En el campo de los aportes de
otros campos empíricos, cabe señalar que antes de Lombroso ya se habían llevado
a cabo las más diversas investigaciones sobre el delito y el hombre
delincuente.
Así, existen campos del saber
que, por su método y algunas hipótesis, deben ser considerados como
antecedentes del positivismo criminológico.
Uno de ellos, es la Fisonomía,
que versa sobre la apariencia externa del individuo y la interdependencia de lo
somático y lo psíquico; el cuerpo y la personalidad; lo interno y lo externo.
Se trata de una vieja idea: alma
y cuerpo se hallan en íntima relación, de modo que las deformidades somáticas
se corresponden con vicios y defectos anímicos. Se asocia la belleza física con
la bondad y la maldad, con la fealdad corporal.
El origen de la palabra
“malhechor” puede significar no sólo a una persona que hace el mal, sino
también, a persona mal hecha.
Algunos elaboraron toda una
técnica de la observación, señalándose algunos caracteres como de índole
criminal: anomalías en la cabeza, frente, orejas, nariz, dientes, etc.
La fisonomía permitió en el
siglo XVIII decir: “cuando tengas dudas entre dos presuntos culpables, condena
al más feo”; o decir a un juez napolitano, “Oídos los testigos de cargo y de
descargo, y vista tu cara y tu cabeza, te condeno a...”
c) Escuela Cartográfica,
Estadística Moral o Física Social
Los precursores de esta Escuela
son Lambert Adolphe Jacques Quetelet y Andre Michael Guerry.
Para esta escuela, el delito es
un fenómeno colectivo y hecho social, regido por leyes naturales, como
cualquier otro suceso y requerido de un análisis cuantitativo. No es un
acontecimiento individual.
El delito es una magnitud
regular y constante. Tiene periodicidad producto de leyes sociales que el
investigador debe descubrir y formular. No interesa averiguar las causas del
delito, sino observar su frecuencia.
El delito es un fenómeno normal,
inevitable, constante, regular y necesario. El único método adecuado para la
investigación del crimen como fenómeno social y magnitud es el Método Estadístico.
Quetelet dice que los hechos
humanos y sociales se rigen por las leyes que gobiernan los hechos naturales,
por leyes físicas, y propugna una nueva disciplina; la mecánica social, y un
nuevo método, el método estadístico, para analizar dichos hechos humanos.
Quetelet, aplicando la
estadística a los fenómenos sociales en (1835) originó la Antropometría y se
ocupó de obtener datos acerca del número de suicidios, delitos, etc.
Formula, también, las Leyes
Térmicas, que son la interdependencia entre los factores térmicos y climáticos
y las diversas clases de criminalidad y que son válidas solo para el hemisferio
Norte:
1.- En verano hay mas delitos
contra las personas: ya que la gente en esta estación suele salir con mas
frecuencia, existe un relacionamiento con sus congéneres. En los países
nórdicos el día dura casi 23 horas, las playas y las o piscinas están casi
siempre llenas.
2.- En invierno hay mas delitos
contra la propiedad: esto se debe a que las noches son mas largas, además
existe gran excitación por Navidad, por las compras, etc.
3.- En primavera hay mas delitos
de tipo sexual: esta sería la época de apareamiento, quizá el influjo del
tiempo eleve las pasiones.
En conclusión, la Escuela
postula que:
a) El crimen es un fenómeno social
de masas, no es individual.
b) El crimen es regular y
constante.
c) La normalidad del delito,
pues, el delito es normal en la sociedad y sólo se lo debe investigar cuando sobrepase
los índices normales.
Esta Escuela ha sido criticada
por su método ya que los datos estadísticos son solo presupuestos del crimen y
no siempre reflejan la realidad.
Andre Michael Guerry, es otro
precursor de esta Escuela y fue fundador de la escuela cartográfica
franco-Belga e intentó establecer una geografía de la criminalidad. Realizó los
primeros Mapas de la Criminalidad en Europa, concediendo importancia al factor
térmico.
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